La Asociación Parkinson Gandia Safor firmó el pasado 15 de septiembre un convenio de colaboración con la Clínica Optométrica de la Fundación Lluís Alcanyís-Universitat de València, para llevar a cabo un estudio de investigación sobre los movimientos oculares en la Enfermedad de Parkinson.
La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo. Es una enfermedad que afecta al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y el movimiento ( sustancia negra), por la pérdida de dopamina (neurotrasmisor encargado de trasmitir la orden desde el cerebro a los músculos).
A día de hoy, no se conocen ni las causas que originan esta pérdida de dopamina (superior al 80%) ni una cura de la enfermedad que la erradique, siendo el tratamiento principal la levodopa (fármaco que suministra dopamina química al cuerpo) y los fármacos coadyudantes para su absorción y disminución de los síntomas (antagonistas dopaminérgicos, inhibidores de enzimas, anticolinérgicos, etc).
Terapias no farmacológicas como son la fisioterapia, la logopedia, la psicología y la terapia ocupacional, se hacen imprescindibles para la mejora de calidad de estos pacientes.
La cirugía funcional esterotáxica, es otra de las herramientas de las que se dispone a nivel médico para combatir la enfermedad, aunque esta opción sólo es aplicable a una población diana concreta debido a la gran diversidad de características que co-existen en la afectación de Parkinson de un paciente a otro.
¿Cuales son sus síntomas?
Los síntomas motores principales en el Parkinson son, la bradicinesia (enletencimiento del movimiento), la rigidez muscular y el temblor en reposo (aunque más del 20% de los afectados de Parkinson no lo desarrollan hasta estados avanzados). Entre los síntomas no motores podemos encontrar entre otros, la pérdida de motivación, depresión, ansiedad, pérdida de olfato, estreñimiento crónico, sialorrea, disfagias, trastornos del sueño y trastornos en la capacidad del habla.
Además de estos, los síntomas visuales son también comunes en la EP, y se estima que casi un 80% de los pacientes refiere algún tipo de problema relacionado con la visión, aunque es importante tener en cuenta la co-existencia de otras enfermedades oftalmológicas prevalentes que también están asociadas con la edad y que influyen mucho en la función visual como las cataratas, la retinopatía diabética, el glaucoma o la DMAE, entre otras.
Estas alteraciones visuales tienen un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes con EP, ya que afectan a actividades cotidianas de la vida diaria como reconocimiento de caras, el reconocimiento y búsqueda de objetos, el uso de utensilios, la lectura y la escritura, la movilidad en condiciones de poca luminosidad o la conducción de vehículos.Las principales afectaciones visuales en la EP son:
Sequedad Ocular: Se produce una disminución de la frecuencia de parpadeo, lo que produce una distribución anormal de la lágrima. También está asociado al efecto secundario de la levodopa.
Disminución de la Sensibilidad al Contraste: está asociado a dificultad en el desplazamiento, caídas, dificultad para leer y para conducir.
Alteración de los movimientos oculares: se ven afectados tanto los movimientos de fijación, de seguimiento como los sacádicos, lo que producirá visión doble o borrosa, que dificultará la lectura o la conducción. Se produce un aumento del tiempo de reacción, un enlentecimiento en la lectura y una inestabilidad en la fijación.
Alteración de la percepción de los colores: los cambios cromáticos nos permiten identificar, distinguir y localizar objetos en nuestro entorno.
Alteraciones Visuoespaciales: Las alteraciones descritas en esta función comprenden tareas que abarcan diversas áreas, entre las que destacan:
Síntesis y Análisis visual: Requiere percepción, estructuración y manejo mental de figuras y objetos.
Reconocimiento de caras: Esta función visuoespacial es la que más precozmente se ve afectada.
Juicio de dirección, orientación y distancia: Los pacientes con EP no perciben bien las distancias, la posición relativa entre varios objetos, la visión en tres dimensiones ni el movimiento de los objetos. Dificultades además en la coordinación ojo-mano.
Es fundamental poder distinguir si el problema es neurológico u oftalmológico, por lo que la cooperación entre ambas disciplinas médicas es imprescindible.
El Objetivo fundamental de la investigación que se está llevando a cabo, es ver si mediante pruebas sencillas y no invasivas se podría detectar la enfermedad de manera precoz y por supuesto, hacer énfasis en el diagnóstico de las afectaciones visuales en la EP para mejorar en lo posible la Calidad de Vida de los pacientes, aumentando su autonomía personal y por tanto, la de su entorno familiar.
Por ello, necesitamos la participación de cualquier persona interesada en colaborar en este estudio de investigación, para realizar unas pruebas sencillas y no invasivas (lectura de textos y seguimiento ocular) para obtener información, datos de calidad y contrastados.